Las empresas de limpieza en Madrid conocemos todos los trucos y empleamos las mejores herramientas para conseguir las condiciones de higiene deseadas. La microfibra ha sido toda una innovación y su eficacia es tal que la usamos en bayetas, fregonas e incluso podemos encontrar toallas de este material. Pero, para entender el éxito arrollador de la microfibra, debemos profundizar más en sus características, así como en las ventajas que ofrece para las tareas de limpieza.
Se trata de un tejido muy singular, es el doble de fino que la seda, el triple que el algodón, ocho veces más fino que la lana y hasta cien veces más fino que un pelo humano. Podemos decir que la calidad de la microfibra se debe a su composición, elaborada a partir de fibras ultra-finas para un resultado superior al resto de tejidos. La poliamida y poliéster son las materias primas para la obtención de este material, favoreciendo su duración y la capacidad de absorción.
Desde Grupo SuperLimp queremos destacar que las fibras que la componen tienen una mayor capacidad para atrapar las partículas de polvo y suciedad. Existen dos cuestiones por las que este material es muy adecuado para la fabricación de bayetas y fregonas, consiguen limpiar en profundidad sin rallar las superficies y, además, pueden absorber hasta ocho veces su peso en líquidos.
Desde nuestra experiencia como servicio profesional de limpieza en Madrid conocemos bien los beneficios de la microfibra, pero para mantener sus cualidades durante más tiempo es necesario tener en cuenta una serie de medidas:
- Habrá que lavar estos tejidos antes de usarlos y también, es recomendable, lavarlos siempre después de cada uso.
- La mejor opción es lavarlos por separado, sin mezclar con otro tipo de materiales, utilizando agua caliente y detergente líquido.
- Es importante no usar legía para el lavado de este material, ya que puede debilitar uno de sus componentes: la poliamida. Tampoco conviene utilizar suavizante, ya que los tejidos podrían perder su capacidad de absorción.
El uso de microfibra nos permite reducir la cantidad de productos de limpieza necesarios para conseguir las condiciones de higiene adecuadas. Además, no es necesario repasar las zonas que se han limpiado con este material, pues no deja pelusas ni hilos. Su resistencia a las altas temperaturas, hasta los 95ºC, la convierten en un material muy adecuado para las tareas de desinfección.