La oficina es un espacio en el que los trabajadores pasan gran cantidad de tiempo, por ello las condiciones de higiene y limpieza en estos centros son fundamentales. Erradicar las bacterias y focos de infección es el objetivo primordial que debe tener cualquier empresa que se dedique a la limpieza de oficinas en Madrid. Veamos las principales acciones necesarias para llevar a cabo, de forma correcta, la limpieza de un centro de trabajo.
- Retirar los papeles y basuras que haya en las papeleras. Retirar las bolsas con basura de las oficinas.
- El orden de tareas es importante. Deberá limpiarse el polvo de las partes altas para evitar que caiga posteriormente y ensucie lo que ya se ha limpiado de forma previa.
- Conviene limpiar el polvo con paños húmedos o productos específicos que atrapan mejor las partículas de polvo, evitando que se esparzan por el aire y terminen en otro lugar de la estancia.
- Limpiar el mobiliario de la oficina, es necesario retirar los papeles y objetos que haya encima de las mesas, siempre con cuidado, dejando cada cosa en el lugar en el que lo encontramos previamente. La limpieza debe realizarse de forma integral, por ello es importante mover todos los objetos que encontremos en la superficie de la mesa.
- Una vez hemos limpiado el polvo y el mobiliario de oficina podemos proceder con la limpieza de los suelos, el objetivo es acabar con el polvo y las posibles manchas en la superficie. Los medios y productos empleados en esta tarea dependerán del tipo de suelo que encontremos en cada oficina.
- Los baños, es una de las zonas donde más se acumula las bacterias y microorganismos, todos los miembros de la oficina pasan por ellos. Es necesario realizar un proceso de higienización adecuado en estas zonas para desinfectar los sanitarios y evitar problemas de salud por microorganismos. Los aseos son la parte más importante en la limpieza de oficinas.
En cualquier caso, como ocurre con la limpieza en cualquier lugar, conviene realizar una limpieza general de forma periódica para profundizar en la higienización del espacio. Por ejemplo, los falsos techos acumulan gran cantidad de suciedad en el espacio entre el mismo y el forjado por lo que es necesario limpiarlos de vez en cuando.
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